Catalizando la revolución de la IA a través de FinOps

 

Por Julián Sanz Rodrigo. Cloud Specialist de Arsys

Hace no tanto, la migración a la nube se adoptaba con la promesa de una reducción de costes. A pesar de atractivos técnicos como la elasticidad, la palanca principal para que la dirección se subiera al carro era la posibilidad de pasar de una inversión de capital (CAPEX) a un gasto operativo (OPEX). Hoy, sin embargo, la realidad ha superado esa visión inicial. Aunque la optimización de costes sigue siendo crucial al elaborar los presupuestos anuales, el mayor valor de la nube en el negocio lo encontramos en su función como acelerante de la innovación y no tanto en el ahorro puramente operativo.

De este modo, la gestión del gasto en la nube ha evolucionado para convertirse en una disciplina por derecho propio: FinOps. De la misma forma que DevOps fusionó a los equipos de desarrollo y operaciones para optimizar el ciclo de vida del software, FinOps alinea a los equipos técnicos, de negocio y financieros para gestionar el valor económico de la nube de forma colaborativa. Y desde ahí, esta manera de entender el gasto ha transformado nuestra manera de implantar la tecnología.

El primer paso para dominar el FinOps consiste en alcanzar la máxima visibilidad. Necesitamos saber qué recursos IT se consumen, quién lo consume y por qué. Esto requiere herramientas centralizadas y automatizadas que ofrezcan una visualización detallada de los recursos, su uso y la facturación, no a final de mes, sino en tiempo real. Una vez que se tiene esta claridad, se pueden tomar acciones concretas como la optimización de recursos, la planificación de la capacidad y la negociación. Bajo la colaboración interdepartamental y la responsabilidad de costes, FinOps fomenta una cultura en la que todos los equipos, desde el financiero hasta el de desarrollo, se sienten dueños responsables del gasto en la nube. Y la reciente explosión de la Inteligencia Artificial Generativa ha consolidado el enfoque de FinOps en cualquier operación tecnológica y de negocio.

La nube ha sido fundamental para el desarrollo y democratización de la IA, proporcionando la potencia de cómputo y el almacenamiento masivo necesarios para entrenar modelos complejos. No obstante, esto también introduce un nuevo desafío: gestionar los elevados costes asociados al entrenamiento y la inferencia de la IA.

Es aquí donde FinOps y la IA se retroalimentan. La Inteligencia Artificial, que ha crecido gracias a la nube, ahora puede ayudar a la nube a ser más eficiente. Las soluciones de IA pueden analizar patrones de uso para predecir costes futuros, detectar anomalías de gasto o identificar recursos infrautilizados para su optimización. Además, la IA puede automatizar el escalado de la infraestructura, asegurando que los recursos se ajusten de manera inteligente a la demanda sin sobrecostes innecesarios.

La era de la nube ha dejado atrás el simple concepto de ahorrar para abrazar la filosofía de ganar. Desde la cultura FinOps las organizaciones pueden transformar la gestión de la nube en motor de innovación continua, dinamizador de la IA y con la propia IA como aliado en esta transición. Se trata de entender que el camino hacia la optimización y la innovación es un viaje colaborativo y continuo, donde cada decisión, por pequeña que sea, cuenta.

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