Humano versus máquina: hay fronteras que la inteligencia artificial no puede cruzar

La creación de nuevas tecnologías y de máquinas inteligentes nos conduce hacia un debate que se ha vuelto inevitable. Las personas acostumbran a sentir cierto temor a perder su trabajo en sustitución de una inteligencia artificial. Pareciera que construimos herramientas digitales que nos facilitan la vida, pero a costa de dejarnos anexionar por nuestra propia creación. Esto no es realmente así: existen muchas fronteras que la inteligencia artificial no puede cruzar.


Se tiende a pensar en la inteligencia artificial desde una visión antropomorfa, capaz de emular al ser humano en cada una de sus facetas. Y esta idea no podría estar más alejada de la realidad, pues la IA sí que emula aspectos y tareas, pero lo hace de un modo muy específico. Es decir, es posible programar o entrenar una máquina mediante algoritmos de aprendizaje para que lleve a cabo una tarea única y delimitada, pero no tiene el nivel de generalidad de la inteligencia humana.


Por tanto, la primera frontera que la inteligencia artificial no puede cruzar es quizás la más importante. Pudiera parecer que piensa como un humano, pero no lo hace. No existe el sentido común, el espíritu crítico o el criterio ético. No podría tomar decisiones sin tener en cuenta una serie de variables que solo una persona podría considerar.

El ‘human learning’ también está en auge


La pandemia del coronavirus ha impulsado la transformación digital de una manera inaudita. Algunos expertos consideran que en cuestión de meses se ha acelerado el equivalente a cinco o seis años en digitalización. Esto significa que los profesionales debemos adaptarnos rápidamente a un escenario que no solo es más virtual per se, sino que nos exige reconfigurar estrategias y replantearnos las cosas con mentalidad creativa.


El temor a la implantación de una inteligencia artificial que sustituya a la humana nos distrae en muchas ocasiones de otros problemas reales que se derivan, como las posibles amenazas a la privacidad o la regulación del reconocimiento facial. Debemos ver a la tecnología cognitiva como una aliada y debemos ser capaces de evolucionar y aprender incesantemente para estar a la altura del futuro mercado laboral.


El reto de aplicar la IA de forma efectiva


La inteligencia artificial es una herramienta con un importante valor añadido siempre y cuando las empresas cuenten con los profesionales adecuados para sacar provecho de su potencial. En Mitek contamos con expertos que exprimen las
posibilidades que ofrece la IA y que son capaces de blindarla ante la amenaza del fraude. El 74% de los consumidores asegura que la seguridad es el elemento más importante de su experiencia online, de acuerdo con un estudio reciente de Mitek.

Con el auge de los canales digitales, es prioritario apostar por medidas que nos permitan proteger la privacidad del usuario, minimizar el fraude y generar confianza desde las empresas. La inteligencia artificial es una tecnología clave para esto y mucho más. Y eso sí que es positivo.

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