Open Banking, ¿cómo se desarrollará en los próximos años?

Era cuestión de tiempo que el Open Banking se abriera paso. La crisis económica de 2008 hizo patente la realidad de una manera muy cruda: la concentración bancaria y su poder estaban ejerciendo un poder perjudicial para las sociedades. Como consecuencia directa, era clara la necesidad de abrir el sector financiero y bancario a nuevos jugadores que rompieran con la hegemonía de un grupo de grandes bancos internacionales en pro de una mayor competencia. Los primeros en dar el paso fueron los gobiernos europeos, poniendo en marcha las bases para esta economía abierta y sus respectivas regulaciones. Pronto le han seguido otros países de Norteamérica y de América latina.

¿En qué consiste exactamente el Open Banking?

Esta tendencia mundial obliga a los bancos a poner a disposición de terceros la información de los clientes. ¿Por qué? Para ofrecer más y mejores servicios, más específicos, personalizados y con la posibilidad de que esta tercera parte, pueda efectuar transacciones financieras en el nombre de los clientes.

¿En qué beneficia al cliente, al ciudadano?

Obliga de alguna manera, a que los usuarios tengan un mayor control y por tanto, un mejor conocimiento de su salud financiera. En definitiva, cambia la manera de relacionarse con los bancos tradicionales para convertirse en relaciones bidireccionales con un mayor peso de los clientes y no al revés.

Hasta ahora, el mercado bancario ofrecía productos financieros genéricos: almacenamiento de valor, transferencia de valor y apalancamiento de terceros (financiamiento, créditos, préstamos). Ahora, gracias a las soluciones aportadas por las FinTech, el abanico se amplía. En los clientes y en los terceros, recae la decisión sobre qué servicio pedir o cuál es el más adecuado.

La educación financiera dará un nuevo vuelco ya que es innegable que no siempre el cliente tiene acceso a toda la información o a la letra pequeña. El valor añadido de las FinTech también puede aprovechar este punto para orientar, asistir y asesorar a los clientes. 

¿Qué han aportado las FinTech al Open Banking?

El sector Fintech ha sabido crear nuevas soluciones sobre todo con funcionalidades, como por ejemplo los agregadores sobre todas tus cuentas en diferentes bancos, los comparadores de productos y servicios simplificados como los créditos o el servicio de orientación sobre qué pagar antes para hacer más rápida la salida de deuda. En auge también están los asesores robóticos de inversión que analizan los servicios financieros para conocer mejor aún al usuario y hacer un perfil integral (riegos, necesidades, miedos, aspiraciones…) y diseñar un servicio personalizado.  

Otro ejemplo es la opción de ofrecer pagos fraccionados durante un proceso de compra o créditos sin necesidad de hacer todo el papeleo clásico. También existen casos aplicados al real estate con simulaciones hipotecarias cuando un usuario visita una web de alquiler de pisos o tareas más sencilla como los registros en plataformas con identificaciones directas de usuarios y contraseñas.

¿Qué necesita el Open Banking?

Datos de valor: ya no hay debate de la utilidad y necesidad del dato. Son relevantes tanto para los bancos, las Fintech y los clientes. Gracias a un análisis de datos, los nuevos players pueden ofrecer servicios que realmente necesiten, ampliando la oferta y cubriendo necesidades. Un ejemplo claro es Bizum.

Mundo digital: unido a los datos, los nuevos bancos o FinTech son eminentemente digitales lo que disminuye costes para la empresa y gastos para los clientes. Hay numerosos estudios que demuestran cómo ha cambiado la mentalidad de los ciudadanos. Por ejemplo, el 70% de los consumidores reemplazará sus visitas a oficinas bancarias por sus asistentes de voz en los próximos 3 años para operaciones como controlar los gastos de su cuenta o conocer nuevos servicios y productos financieros. 

En contra, se pierde el contacto directo con el cliente – cajeros, cash, la famosa cartilla, sedes… – el punto de contacto se vuelve hacia el tercero, es decir, la FinTech por lo que los bancos tendrán que elaborar nuevas estrategias de retención y satisfacción del cliente o mejorar la customer experience.   

Cuestiones técnicas esenciales

Para poder dar cobertura con nuevos servicios, las FinTech y los bancos necesitan el puente de las APIs. Por ejemplo, una tienda de Marketplace queda conectado a los sistemas del banco para ofrecer pagos fraccionados a los clientes o enlazar el departamento de tesorería con el banco.

¿Quién puede acceder a la información de los usuarios?

La banca abierta no significa que “cualquiera” pueda acceder a la información. Los usuarios podrán escoger cuándo, cómo y quién. Para ello existe la regulación PSD2 que organiza cómo los clientes acceden a estas plataformas y cómo los terceros acceden a sus datos.  

No todo el mundo puede acceder a esos datos. Solo 2 tipos de proveedores externos AISPs y PISPs. Los primeros (AISP) son empresas que usan los datos de clientes para ofrecerles servicios sobre todo de asesoramiento. Los segundos, (PISP) son empresas que inician un pago adicional en nombre del usuario directamente desde su cuenta.

No solo para usuarios: también para las empresas

El Open Banking también está orientado a las empresas. Uno de los objetivos más comunes es mejorar las ventas y hacerlo con mayor flexibilidad. Un ejemplo que todos conocemos es el pago de un taxi a través de una app asociada a una tarjeta. 

El uso de APIS genera flujos mucho más eficientes, por ejemplo, para los departamentos de tesorería que deben ejecutar tareas manuales y repetitivas – con costes elevados y posibles errores – tales como identificar los movimientos nuevos de los bancos por las mañanas e integrarlos directamente. Ordenar pagos asociados a facturas, gestionar inversiones, solicitar créditos… las opciones son infinitas.

¿Cuáles serán los siguientes pasos del Open Banking?

El impacto del Open Banking sobre la banca está siendo enorme sobre todo porque fuerza la transformación digital del sector. El uso de tecnología será obligatorio – especialmente en materia de seguridad y privacidad – y contar con profesionales cualificados que den forma a las nuevas necesidades internas de las organizaciones. El cliente se convierte en el centro, cambiando las relaciones y exigencias, y tan importante, una evolución en el modelo de negocio de los que hasta ahora dictaban el mercado. 

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