Por Julián Díaz-Santos, cofundador y co-CEO de Unnax
En la vorágine de la revolución digital que vivimos, es innegable que la manera en que gestionamos nuestras transacciones financieras está experimentando una metamorfosis sin precedentes. A nivel mundial, el uso de efectivo disminuyó casi cuatro puntos porcentuales en 2022, mientras que las transacciones electrónicas siguen en constante aumento, tal y como se desprende del estudio The 2023 McKinsey Global Payments Report. Tan es así que los profesionales del sector esperan que el año que viene el volumen mundial de pagos sin efectivo se incremente un 42%, según un reciente estudio elaborado por PwC.
Este dato es el firme reflejo del auge de los pagos contactless, especialmente desde la crisis sanitaria. Somos más conscientes que nunca de que los móviles, relojes e incluso los anillos inteligentes se han vuelto protagonistas, permitiendo a los consumidores realizar transacciones de manera rápida y segura sin necesidad de contacto físico. Si además sumamos la necesidad de eliminar cualquier fricción u obstáculo que pueda surgir durante las transacciones financieras para que el usuario pueda completar la operación de forma exitosa, no es de extrañar que surjan tendencias muy innovadoras que, aunque actualmente no resuenen fuerte para una parte de la sociedad, marcarán un punto de inflexión más pronto de tarde.
Transferencias directas sin intermediarios
Los pagos de cuenta a cuenta (A2A, por sus siglas en inglés) son transferencias de dinero directas de una cuenta bancaria a otra, eliminando así a los intermediarios del proceso de pago, como son las tarjetas de crédito y débito. Estas transacciones aparecen como una nueva manera de realizar pagos desde una web o aplicación comercial, sin requerir que el usuario salga del entorno de la página para completar la transacción.
Para las empresas, las principales ventajas de este método son la disminución de los costes operativos asociados a los pagos con tarjetas; junto con una mayor seguridad, principalmente porque el cliente no puede rechazar el cobro, lo que ayuda a prevenir casos de fraude. Además, se presenta como una opción especialmente eficaz para compras de montos elevados al no tener límite de importes
Por este motivo, no es extraño que los pagos A2A estén cobrando relevancia. A nivel global, el Informe Global Payments Report 2023 apunta que representaron aproximadamente 487,5 mil millones de euros en transacciones de comercio electrónico el año pasado; y en Europa – con los países nórdicos a la cabeza – ya constituye el 18% de los pagos de comercio electrónico.
Pagos BNPL B2B, el Compra Ahora y Paga Después de las empresas
El BNPL (Compra Ahora, Paga Después, por sus siglas en inglés) es, sin duda, una de las tendencias de pago más consolidadas de 2023 que persistirán este año. La flexibilidad que tiene el usuario de adquirir un producto y posponer el pago, sin intereses, ha propiciado su popularidad. Un auge que si bien es cierto ha sido provocado por el consumidor final, ahora las compañías, sobre todo las pymes, también pueden beneficiarse de los pagos aplazados gracias al B2B BNPL, el Compra Ahora y Paga Después de las empresas. En un contexto en el que las pequeñas y medianas empresas encuentran dificultades en el acceso a la financiación, tal y como revela el Informe pyme 2023: Estrategias para mejorar la competitividad de la pyme en España, elaborado por el Consejo General de Economistas y la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pyme, tiene más sentido que nunca hacer uso de una opción de crédito más adaptable y a medida para mejorar la gestión de las finanzas de las organizaciones
Si ampliamos la perspectiva, también se prevé un aumento de nuevas tendencias basadas en el modelo BNPL, como las soluciones SNPL (Ahorra Ahora, Paga Después), dirigidas a ofrecer a los consumidores la posibilidad de ahorrar antes de realizar una compra. De esta forma, se incentiva el ahorro y se reduce el endeudamiento.
La orquestación de pagos o cómo ser más eficiente
La orquestación de pagos se utiliza para ofrecer a un cliente varios métodos de pago con el objetivo de que pueda escoger el que mejor se ajuste a sus preferencias. Es decir, al finalizar un proceso de compra, el consumidor puede elegir si realizar el pago vía transferencia bancaria, tarjeta, PayPal o Bizum, por ejemplo. De esta manera, la orquestación de pagos integra los beneficios de varios proveedores de pago online en una sola plataforma, simplificando así el proceso y, por ende, haciéndolo más eficiente y rentable para la empresa.
Esta práctica, que ha ido en aumento en los últimos años gracias a la positiva valoración de los usuarios de su experiencia de compra, también agiliza el movimiento del dinero durante el proceso de pago y reduce las transacciones fallidas.
Otra de las principales ventajas para las compañías es la apertura al público internacional, ya que se facilita la compra a un consumidor extranjero. Es posible que las preferencias y comportamientos de compra de los clientes varíen según la región. Por ello, es clave proporcionar opciones de pago adaptadas a las preferencias locales o a segmentos de mercado específicos.
En el umbral de esta nueva era financiera, donde la tecnología y la adaptabilidad son imperantes, no hay lugar a duda de que las empresas que abracen estas tendencias estarán mejor preparadas para seguir navegando, por lo menos, este 2024.