Integración y flexibilidad, claves para el salto al futuro del autoservicio bancario

El cajero automático es uno de los dispositivos de la era moderna más implantados en la sociedad. Desde que el primero se instaló en Reino Unido en junio de 1967 hasta hoy ha evolucionado, pero no tanto como cabría pensar. A la función original de dispensar efectivo en las horas en que la oficina bancaria estaba cerrada se fueron sumando la actualización de la libreta, la consulta de movimientos y la contratación de servicios financieros, lo cierto es que a día de hoy tanto su estructura como modus operandi siguen siendo muy similares a como eran hace varias décadas.

Un cajero automático para la era digital 

Sea como sea, el ATM de hoy se diferencia mucho, de una manera tecnológica, de aquellos primeros dispositivos. En la actualidad pueden hacer muchas más cosas. Desde Auriga, proveedor internacional de software para el sector de pagos y banca omnicanal, nos cuentan estas seis cosas que tal vez no sabías que se podían realizar en un cajero:

  • Realizar una videollamada con un gestor humano: En los dispositivos de autoservicio más modernos el usuario puede conectarse con un consultor en directo, como en cualquier videollamada, para resolver dudas o para recibir asistencia y realizar otras operaciones más avanzadas. Se trata de un servicio que puede ofrecerse 24/7, independientemente de las horas de apertura de la oficina.
  • O con un asistente virtual: La inteligencia artificial integrada en estaciones de autoservicio permite hoy día que un asistente digital (que puede tener aspecto humano o no) converse por voz con el usuario y le ayude en su gestión financiera.
  • Comprar entradas o viajes: La integración del estándar abierto permite incorporar muchos más servicios adicionales a la infraestructura bancaria. La compra de entradas para conciertos o eventos, a través de terceros, es una de las más habituales
  • Realizar conversión dinámica de divisas: Si bien no es la función más habitual, la tecnología existente hoy día permite que la entidad bancaria ofrezca a sus usuarios internacionales esta posibilidad
  • Marketing digital: Atrás quedaron las cartas en papel del banco ofreciendo una vajilla a cambio de domiciliar la nómina. Las pantallas de los cajeros actuales permiten mostrar anuncios personalizados (según el historial, el perfil o las preferencias) de manera no invasiva y amigable.
  • Mucha, mucha más seguridad: Los cajeros actuales pueden integrar soluciones de seguridad avanzadas, para reducir el riesgo de robo por manipulación de tarjetas o robo de número pin.

Los bancos que no se adapten a todo lo que sus cajeros y dispositivos de autoservicio pueden hacer ya hoy sin duda se quedarán atrás. Y no se trata solo de actualizar las viejas máquinas para conseguir que realicen nuevas funciones, sino también de ofrecer accesibilidad completa para discapacitados, como manda la nueva Ley en Materia de Requisitos de Acesibilidad de Determinados Productos y Servicios recientemente aprobada.

Llevar los sistemas a la nube y permitir la integración con otros sistemas es lo que realmente marca la diferencia y puede dar a los bancos la flexibilidad que necesitan. En el entorno digital actual, el ATM del futuro debe ser un punto de convergencia y complementar, mejorar e incluso en ocasiones reemplazar, a la sucursal.

El software de Auriga, proveedor global de software para el sector de pagos y banca omnicanal, está presente en más de 33.000 cajeros en Italia, y a nivel de cuota de mercado, cuenta con el 11% en Europa Occidental. Un ejemplo de ello es la plataforma omnicanal WinWebServer (WWS), que ofrece importantes reducciones en los costes operativos y tecnológicos, al mismo tiempo que mejora la disponibilidad del sistema y acorta el tiempo de lanzamiento al mercado de nuevos servicios como los mencionados arriba.

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