Por Ángel Nigorra, director general de Bizum.
Durante la pandemia, hemos asistido a un incremento definitivo del uso de la tecnología. Ciertos comportamientos cambiaron durante el confinamiento y muchos de ellos llegaron para quedarse. Lo que antes era una tendencia, se aceleró notablemente y ahora nos encontramos ante el reto de centrar, de forma seria y definitiva, el uso de las nuevas tecnologías en las necesidades reales de personas, profesionales y empresas. De hecho, sin duda, la pandemia motivó que muchos perfiles de consumidores y comercios, reacios hasta ese momento a los pagos electrónicos, incorporaran su uso y visualizaran sus ventajas.
En este tiempo, e impulsado por el uso de esas tecnologías, el e-commerce ha experimentado un gran crecimiento, tanto en volumen de operaciones como en número de usuarios. Y los nuevos medios de pago juegan un papel clave en ese crecimiento, siendo parte fundamental de una buena experiencia de compra. De fondo, un objetivo principal que ya no es el de simplemente satisfacer las necesidades de los clientes, sino el de estar a la altura de sus expectativas.
Todo lo anterior se traduce en la aparición de nuevas formas de pago innovadoras, que mejoran las ya existentes. Así, la revolución tecnológica de los métodos de pago, muy centrada en el uso de los smartphones, se ha volcado en un objetivo claro: proporcionar alternativas cómodas, sencillas y seguras a los métodos de pago tradicionales. En este sentido, la disponibilidad de múltiples medios de pago en el comercio, entre los que cada comprador pueda elegir el que más le encaja y/o prefiere en cada momento, se configura como un factor esencial de servicio al cliente y, en consecuencia, de generación de ventas.
Como decíamos antes, los nuevos medios de pago online son claves en la experiencia de compra en un momento especialmente delicado: el pago. Y es que la experiencia de pago no es un paso más del proceso, sino un momento decisivo y estratégico que las empresas deben considerar como tal y aprovechar para sumar valor al propio producto y a la experiencia de compra. Para ello, la sencillez, es un elemento esencial en un entorno como el actual, cada vez más complejo, incierto y cambiante, en el que hacer las cosas de manera sencilla y fácil de entender y adoptar por los usuarios, es una clara ventaja competitiva.
Pero, además, hay otro concepto absolutamente fundamental: la seguridad, que, incluso, yendo un poco más allá, debe traducirse en confianza. Compradores y vendedores deben sentir que su dinero está seguro, y que, además, se cumple escrupulosamente con la normativa vigente en medios de pago. Por ejemplo, en el caso de Bizum, los comercios valoran especialmente la seguridad derivada de cumplir desde el principio con los requerimientos de autenticación reforzada de la directiva europea de pagos (PSD2). De la percepción de seguridad, de esa confianza, dependerá, en buena parte, la elección de un método de pago u otro por parte de compradores y vendedores.
Actualmente, se están impulsando fórmulas que aúnan esa comodidad, seguridad y sencillez en los métodos de pago. Desde Bizum (y, en general, desde el sector bancario) estamos generalizando que sea el usuario el que confirme todas sus transacciones de pago en su propio móvil, posiblemente hoy el instrumento más personal y que siempre tenemos “a mano”. Además, nuestro teléfono móvil está dotado de capacidad de proceso (de “inteligencia”) y de mecanismos de seguridad con los que ya estamos cada vez más familiarizados, en particular, a través de las apps bancarias en las que se ubica Bizum. Todo ello va a permitir a las entidades Bizum, no solo validar las operaciones con la mayor seguridad posible, sino también ofrecer facilidades de gestión y valor añadido sobre los propios pagos
El reto de toda la industria, y, por supuesto, el de Bizum, es seguir ideando, probando y, en su caso, aplicando nuevas funcionalidades con las que adaptarnos en todo momento a las necesidades de unos clientes no homogéneos, sino muy variados, cuyas expectativas evolucionan también en el tiempo. Y ello, ofreciendo soluciones sencillas y seguras de modo que podamos cumplir con dichas expectativas de compradores y vendedores en un entorno tan cambiante como el actual.