Open banking, la digitalización del sector financiero

La entrada en vigor de la directiva PSD2 ha supuesto una oportunidad de innovación para el sector financiero y de seguros. El avance de las entidades bancarias, así como de las empresas fintech e insurtech, dentro de la transformación digital, está recibiendo un interesante impulso a través de lo que se conoce como open banking. Gracias a esta práctica, es posible liberar la información que estas entidades guardan de sus clientes, a fin de elaborar productos financieros personalizados y a la medida de cada cliente. Siempre acatando unas rigurosas normas de seguridad y consentimiento previo, las entidades poseedoras de los datos podrán cederlos a terceros que, a cambio de dicha información, se convertirán en prestadores de nuevos servicios.

Las ventajas para los usuarios de que las entidades bancarias abran sus datos financieros no se limitarían a la obtención de productos y servicios a medida, también podrán contar con un mayor abanico de productos a costes más reducidos, más seguros y diversificados, al mismo tiempo que unificarían toda la información de los productos contratados en una única aplicación. No cabe duda de que una buena parte de las entidades financieras europeas se muestran a favor de esta iniciativa. En España, por ejemplo, son muchas las entidades que llevan varios años trabajando en un entorno de open bank. BBVA fue el primero que liberó comercialmente su API en mayo de 2017

Digamos que, junto a la directiva PSD2, existen otros elementos que hacen de esta una situación propicia para emprender nuevos modelos dentro de este ámbito de negocio. Por un lado, el cliente ahora es más accesible a la idea de compartir sus datos, siempre que tenga claro el beneficio que obtiene a cambio de dicha cesión; un beneficio que se basa, por ejemplo, en contar con productos financieros específicos para dar respuesta a una situación igualmente específica del cliente. Conviene no olvidar que es el cliente el que tiene la última palabra a la hora de decidir o no compartir sus datos. Por otro lado, existe una base tecnológica sólida, capaz de analizar, procesar e interpretar la ingente cantidad de datos que almacena el mundo financiero. Es evidente que, en este marco, mantener la privacidad y confidencialidad de los clientes, así como gestionar de forma segura sus datos, seguirá siendo el principal reto. Por contra, para las entidades, el acceso inteligente a estos datos les facilitará detectar con antelación riesgos de fraude o los posibles problemas de los clientes frente a un crédito, facilitando que otras empresas o desarrolladores, lancen nuevos productos basados en los datos de los clientes que lo autorizaron. Poco después se sumó Banco Santander, con su propio proyecto “open”, después Caixabank, Bankia, Sabadell, Ibercaja, Bankinter, Liberbank… lo que pinta un entorno bastante completo y enfocado en el open banking dentro de este sector.

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