El futuro del eCommerce

Aunque parezca poco “electrónico”, el origen del eCommerce hay que situarlo en la aparición de los primeros sistemas de venta por catálogo, aparecidos en EE.UU. a finales del siglo XIX; y es que lo que define verdaderamente este tipo de comercio no son tanto los medios empleados, que han evolucionado enormemente desde que aparición la primera tarjeta de crédito, sino el objetivo de facilitar que la gente compre desde sus casas, sin tener que desplazarse ni para elegir los productos, ni para pagarlos, ni para recibirlos o devolverlos. Así es como, dentro del comercio electrónico se engloban diversos servicios, como las tiendas online, los marketplaces, las pasarelas de pago, las apps móviles, los sistemas de seguimiento de envíos, la logística de paquetería, la tecnología bluetooth, los códigos QR o los simuladores que facilitan que los usuarios “vean” cómo les quedaría la ropa antes de comprarla.

Situar la definición del eCommerce en facilitar las compras del usuario permite, a su vez, entender por qué ha sido en los últimos años cuando el comercio electrónico ha despegado hasta consolidarse como uno de los sistemas de venta más importantes en todo el mundo que, además, lejos de ser un punto de competencia con el comercio tradicional, supone en realidad un complemento muy rentable para la venta minorista. Según datos de un estudio realizado en 2018 por EAE Business School se prevé que el comercio electrónico minorista mundial superará la cuota de mercado global en un 15%, alcanzando casi los 4.500 millones de dólares en 2021, muy por encima de los algo más de 1.300 millones registrados en 2014. En España, según datos del Observatorio Cetelem del eCommerce 2020, los usuarios españoles gastaron, durante 2020, más de 2.000€ en comercio electrónico.

De forma paralela al propio comercio, y para hacer frente a gigantes como Amazon, han surgido empresas enfocadas en facilitar las ventas a los vendedores y las compras a los compradores. Es el caso, por ejemplo, apps móviles de micropagos como Bizum, intermediarios de pago como PayPal, los servicios de marketing digital, los sistemas de traceo GPS para mensajería, etc. Elementos modulares que favorecen la compatibilidad multiplataforma, de manera que puedan integrarse con casi cualquier sistema ya empleado por los comerciantes y ofrecerles un micro servicio concreto para cubrir una necesidad específica de servicio a sus clientes.

Sin duda, la situación producida por el covid-19 ha disparado las compras online, especialmente en moda, alimentación y ocio, y aún más a través de aplicaciones móviles, según datos del Observatorio Cetelem, sin que eso haya repercutido en un aumento del gasto medio por persona. Un interesante factor que ha repercutido positivamente en el crecimiento de las compras online ha sido el de la notable mejoría de los procesos logísticos, tanto para la recepción de paquetes como para las devoluciones o reclamaciones, asimilando así en gran medida la experiencia de compra en tienda física a la tienda virtual.

De cara al futuro aún hay asignaturas pendientes dentro del eCommerce. Una de ellas es garantizar la seguridad de los datos, tanto bancarios como personales, así como el tratamiento ético de los mismos. El otro puede estar en reforzar y ampliar los sistemas de envío mediante drones. Situaciones como la producida por el reciente paso del temporal Filomena demuestran hasta qué punto es necesario contar con elementos que faciliten la llegada de suministros u otros productos cuando las carreteras no llegan o son impracticables. Un futuro en el que, como vemos, hay tantos posibles actores como necesidades que cubrir.

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