Por Marcos Yebra, Marketing y Desarrollo de Negocio en Normadat
2025 está a la vuelta de la esquina, y con él llega un hito crucial para pymes y autónomos en España: la facturación electrónica será obligatoria.
Este cambio, derivado de la Ley Crea y Crece y complementada por la Ley Antifraude, busca digitalizar los procesos empresariales para fomentar la transparencia, reducir la morosidad y combatir el fraude fiscal estableciendo que todas las empresas y autónomos deberán emitir y recibir facturas electrónicas.
Sin embargo, para muchas empresas, este avance tecnológico supone más que un simple paso hacia la modernización. Va a ser un desafío lleno de implicaciones económicas, legales y operativas. Adoptar esta nueva normativa significa abandonar procesos tradicionales, invertir en tecnología y capacitar a equipos.
Cómo se intuye, 2025 deberá ser el año de comenzar a afrontar esta transición. Una implementación tardía o inadecuada puede derivar en sanciones legales, pérdida de competitividad e, incluso, problemas de flujo de caja. Todavía queda algo de tiempo para los más rezagados.
En realidad, la implementación de la facturación electrónica obligatoria está supeditada a la aprobación de un reglamento final.
A partir de su publicación, las empresas y profesionales tendrán plazos diferenciados para adaptarse:
- Las empresas con una facturación anual superior a 8.000.000€ tendrán 12 meses para cumplir con los requisitos.
- Por su parte, el resto de pymes y autónomos dispondrán de un plazo de 24 meses.
Si perteneces al segundo grupo, empieza a moverte. Las pequeñas empresas y autónomos, que representan más del 90% del tejido empresarial español, son especialmente vulnerables. Con recursos limitados, deben hacer frente a barreras económicas y tecnológicas para adoptar esta medida. Y mientras tanto, las grandes corporaciones ya están operando bajo normativas digitales, ganando ventaja en un mercado cada vez más exigente. Además, la falta de interoperabilidad entre sistemas puede paralizar tus procesos administrativos y hacer que pierdas oportunidades de negocio.
¿Imaginas tener que explicar a un cliente por qué no puedes procesar su factura porque no tienes las herramientas adecuadas?
El riesgo no termina ahí. Una mala gestión en la transición puede erosionar las relaciones con clientes y proveedores, ralentizar operaciones e incrementar costes operativos. La clave para superar este desafío está en la planificación. Aquí dejo algunas pinceladas de pasos lógicos y esenciales que se deberían tener en cuenta para afrontar el cambio hacia la facturación electrónica:
- Inversión en software compatible: No esperes hasta el último momento. Escoge una herramienta que cumpla con las normativas de trazabilidad e interoperabilidad exigidas por la ley.
- Capacitación de equipos: El cambio no solo es técnico; también es cultural. Formar a tus empleados garantizará que puedan adaptarse rápidamente y aprovechar al máximo las nuevas herramientas.
- Digitalización de los procesos manuales: Elimina las ineficiencias del papel. Utiliza soluciones como la tecnología OCR para convertir documentos no estructurados en facturas electrónicas, reduciendo errores y optimizando la gestión.
- Mantente informado: La legislación sigue evolucionando. Asegúrate de estar al día con las actualizaciones de la Agencia Tributaria para evitar sorpresas y sanciones.
Si buscas ayuda, consulta a una empresa experta. Un socio que te acompañe en el camino puede facilitar las cosas.
La transición hacia la facturación electrónica puede parecer abrumadora. Por eso, empresas como Normadat ofrecen soluciones que hacen este proceso más sencillo y eficiente.
La flexibilidad debe ser un factor clave. Implementar soluciones que permitan recibir facturas en diversos formatos garantiza una transición gradual y sin contratiempos. Este tipo de medidas aseguran que los procesos de recepción se mantengan automatizados de manera eficiente.
En Normadat encontrarás herramientas y servicios muy útiles. Desde la transformación, con tecnología OCR, de las facturas físicas y digitales no estructuradas en facturas plenamente interoperables. Hasta software especializado, como CAPIA, para las cuentas por pagar, donde dispones de flujos de trabajo avanzados para la aprobación de facturas y paso al ERP, optimizando así tus procesos internos y asegurando el cumplimiento normativo.
No dejes que este cambio te supere. Con la preparación adecuada y el apoyo de expertos, la facturación electrónica puede ser una oportunidad para modernizarte, optimizar tus operaciones y mejorar tus resultados.