Hacer búsquedas en Internet sobre la relación de la mujer con la tecnología puede ser bastante descorazonador, y los resultados se suelen enfocar bien en resaltar a las mujeres que han hecho aportaciones al desarrollo tecnológico, empezando siempre por Ada Lovelace, bien en lo preocupante de la falta de presencia femenina en el mundo “tek”. Si nos fijamos en este último elemento y nos enfocamos con más concreción en el entorno de los desarrollos open source, la preocupación pasa a convertirse en alarma.
Recientemente, en un artículo publicado por Breanden Beneschott, cofundador del marketplace de desarrolladores Toptal, este se pregunta si el open source estará también abierto a las mujeres y, tras un detallado análisis de las cifras públicas de GitHub llega a la triste conclusión de que no: el open source es un entorno dominado por el género masculino, y esto no es una acusación, es un hecho. De 20.000 perfiles de GitHub, pudieron identificar el género de los desarrolladores en 15.374 perfiles, de los cuales determinaron que sólo el 5,4% de los usuarios de la plataforma con más de 10 contribuciones eran mujeres. Esto fue en 2016. En 2017, la propia GitHub publicaba un informe en el que revelaba que sólo un 3% de mujeres participaba en proyectos open source.
Ante este panorama han surgido diversas iniciativas centradas en estimular la participación femenina dentro del open source, así como a dar visibilidad y reconocimiento a aquellas mujeres que están desarrollando una buena labor en este entorno, como los Women in Open Source Award (https://www.redhat.com/es/about/women-in-open-source). Red Hat es el motor de este evento, que viene celebrándose desde 2015, y en el que se premian las contribuciones importantes a proyectos de código abierto o a la comunidad open source. El pasado 2020 las ganadoras fueron Megan Byrd-Sanicki, gerente de investigación y operaciones en el área de programas open source de Google, ganadora del Community Award; y Netha Hussain, quien cursa el Doctorado en Neurociencia Clínica en la Universidad de Gotemburgo, ganadora del Academic Award. En la web del premio se puede conocer más de la trayectoria de estas mujeres, así como de las finalistas, lo cual es un buen modo de conocer y poner en valor el trabajo de estas reputadas profesionales.
Luego están las comunidades de mujeres dentro de las comunidades de desarrolladores, muchas de ellas especialmente enfocadas a proyectos sociales o a resolver problemas dentro de las propias comunidades, como bien demostró el interés de muchas mujeres en África, India o Latinoamérica por estas comunidades. Hace algunos años surgió un número bastante amplio de ellas, pero no todas han sobrevivido con el paso del tiempo.