La ola de las Fintech llega a España, pero esto es solo el principio

Por Júlia Turbany, VP Sales Spain en SWAN

En muchos países europeos, las innovaciones tecnológicas están transformando el sector financiero. Sin embargo, nos da la impresión de que España es el mercado emergente más interesante de Europa para las empresas tecnológicas. Ver lo rápido que ha ido evolucionando el sector de la tecnología financiera en los últimos años nos anima a apostar por este mercado.

Además, la oportunidad de seguir digitalizando servicios financieros debería motivar a empresas y consumidores por igual, ya que los métodos que usamos para mover y almacenar dinero cambian cada vez más rápido.

Si hablamos del ámbito regulatorio, este también es bastante favorable. Gracias a los mandatos europeos, el sector bancario, que siempre ha sido tan conservador, está cambiando su forma de operar. Asimismo, con la nueva ley española de Startups, que debería entrar en vigor este trimestre, las condiciones para las empresas tecnológicas en crecimiento serán aún mejores, sobre todo en lo que se refiere a recursos humanos, impuestos e inversiones.

Con el fantástico ritmo que está tomando el sector tecnológico en España, en Swan hemos visto una oportunidad única para cruzar al sur de los Pirineos y ofrecer nuestros productos de finanzas integradas de última tecnología a la próxima generación de empresas españolas.

¡Sigue leyendo para descubrir por qué nos hace tanta ilusión formar parte de la revolución de las Fintech en España!

En pleno crecimiento

Según un informe del BBVA, uno de los principales bancos del país, a finales de 2021 en España ya había más de 650 empresas de Fintech. Esto quiere decir que se habían multiplicado por 8 desde 2015.

Por otro lado, entre 2020 y 2021 hubo más de 300 rondas de inversiones para fintech españolas. Es decir, en esos dos años se invirtieron unos 600 millones de euros, de los cuales más de dos tercios se invirtieron en 2021. Para hacerse una idea de todo lo que queda por crecer, esos 400 millones que se invirtieron en 2021 en España solo equivaldrían al 4% de todo lo que se invirtió el mismo año y en el mismo sector en Reino Unido. Hay que tener en cuenta que la economía del Reino Unido no es ni siquiera tres veces mayor que la española, lo cual deja claro que queda muchísimo por invertir para digitalizar el sector financiero de este país.

Últimamente, la relación entre las instituciones financieras tradicionales y las startups ha dejado de ser tan tensa. En vez de considerar a las empresas emergentes como una amenaza para su negocio, muchos bancos grandes y pequeños han empezado a crear sus propios fondos de capital de riesgo con los que localizan a las fintech con más potencial y les ofrecen su capital, conexiones y experiencia. Tanto Santander como BBVA ya han apostado por vehículos de inversión de varios cientos de millones de euros, que luego han invertido en numerosas empresas emergentes.

El reconocimiento que se está dando a este tipo de innovación es digno de celebración. Además, reconocer el beneficio que supone apostar por este mercado es un indicador excelente de que las fintech pueden seguir creciendo en España.

De hecho, ¡queda muchísimo por crecer! En un estudio sobre el ecosistema de las fintech, España ocupa el puesto 21 a nivel global, por detrás de países como Argentina, Alemania y Sudáfrica. Con más capital, más experiencia y el creciente interés de los consumidores, las fintech tienen todas las papeletas para revolucionar el mercado español de los próximos 3 a 5 años en adelante.

Hablando de regulación

Tanto las legislaciones de la Unión Europea como las del Gobierno español han mostrado un interés político significativo en seguir desarrollando el ecosistema de las fintech.

La Directiva Europea aprobó la PSD2 en 2018 y la puso en marcha en 2019; se trata de una ley que regula los nuevos requisitos para los bancos y otros servicios de pago que operan en el bloque económico europeo. Esta ley establece las pautas para que las instituciones financieras sirvan de apoyo y trabajen de la mano con el sector tecnológico. Quizás sea más conocida por ser la ley que ha sentado las bases del Open Banking, según las cuales los bancos deben ofrecer a sus clientes aplicaciones API con las que acceder a sus cuentas e iniciar pagos.

En España, como en otros muchos países de la UE, cuando la PSD2 se puso en marcha, los bancos tradicionales se vieron obligados a reconocer que la tecnología había supuesto un impacto real en el sector bancario. Por lógica, si tenían que contratar a un equipo para crear las API, les salía rentable mantenerlo para desarrollar otros proyectos más allá de lo establecido por la ley. Y eso fue lo que ocurrió: de repente, una oleada de bancos españoles se subió al carro de las finanzas del siglo XXI.

Con la implementación de la PSD3 prevista para el año 2024, el panorama de los servicios financieros en Europa está listo para aún más transformación y una innovación.

Bizum, la aplicación de pagos entre particulares, que una coalición de los principales bancos españoles había lanzado en 2016, es un ejemplo perfecto de ese cambio. A día de hoy, la mitad de la población española lo usa y el servicio continua desarollandose para ofrecer otros productos que complementan su función original. Lo interesante es que, recientemente, los magnates que lo crearon han empezado a permitir que los neobancos como N26 y Revolut también participen en el proyecto, una actitud que ha demostrado mucha más aceptación hacia las nuevas empresas del sector.

Desde el punto de vista legislativo, el Gobierno de España ha aprobado la Ley de Startups. Esta ley tiene varios objetivos pero, en términos generales, lo que pretende es facilitar la creación y la gestión de empresas tecnológicas de rápido crecimiento en el país.

Gracias a esta ley, contratar y hacer fijos a trabajadores extranjeros será más fácil, ya que incluye un nuevo sistema de visados y ofrece a los residentes que no son ciudadanos españoles unas condiciones fiscales más propicias, además de subir el límite para la concesión de stock option, casi cuatro veces más alto de lo que estaba. Los inversores estarán sujetos a unas regulaciones más claras y favorables, y contarán con incentivos fiscales que faciliten las inversiones en empresas españolas.

Cuando una empresa inicie su actividad, pagará un impuesto de sociedades reducido y pasará por un proceso regulatorio bastante más flexible y moderno. La constitución de una sociedad se podrá finalizar en solo unos días, en vez de tardar varios meses, como pasaba antes. Además, algunas de las limitaciones financieras, como el depósito de capital social o los gastos de notaría, se reducirán o se eliminarán por completo.

Qué puede ofrecerte Swan en España

La oportunidad de revolucionar los servicios financieros en España está clara. Los bancos tradicionales ya se han sumado al cambio, las empresas españolas están recibiendo inversiones de capital a una velocidad sin precedentes y las nuevas regulaciones están creando el entorno perfecto para que los negocios sigan prosperando en los próximos años.

En Swan creemos que, para aprovechar esta oportunidad, la experiencia y la excelencia en el ámbito tecnológico son esenciales. Ya seas una empresa europea con planes de entrar en el mercado español, o un negocio español que busca expandir sus fuentes de ingresos, podemos ofrecerte la estructura tecnológica para dar el próximo paso.

Traemos a España las soluciones de finanzas integradas más rápidas y sencillas de Europa, y esperamos ser la base de apoyo para los que están construyendo la próxima generación de fintech de excelencia. ¿Hablamos?.

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