La pérdida de valor del programador tradicional, cada vez más cerca

Las tecnologías de automatización e Inteligencia Artificial tienen como objetivo hacer la vida más sencilla eliminando, en un primer momento, la realización de tareas rutinarias por parte de seres humanos. Lo vemos si echamos la vista atrás a la hora de publicar una simple página web, para la que eran necesarios conocimientos de programación y hosting hace unos años y tan sólo una cuenta en alguno de los múltiples sistemas de gestión de contenidos existentes ahora mismo.

Y esto es precisamente lo que augura la consultora de desarrollo digital española Syntonize para aquellos profesionales de la programación que no sean capaces de adaptarse para dar un valor añadido a los proyectos que llevan a cabo. “Las empresas ya no piensa en contratar a alguien que simplemente programa, necesitan profesionales con conocimientos técnicos pero que sepan liderar proyectos y gestionar con una visión más amplia”, afirma Juan Quintanilla, CEO de Syntonize. La consultora advierte de que incluso apostando por la automatización de la programación, sigue siendo necesario que la puesta en marcha de los desarrollos siga controlada por los departamentos de tecnología, de forma que cualquier aplicación se integre de forma coherente dentro del ecosistema global del negocio.

Tecnologías ya existentes como GPT 3 o las plataformas Low Code, e incluso No Code hacen que la simple programación para desarrollar desde microservicios hasta grandes aplicaciones se pueda conseguir de forma automatizada por lo que se necesitan profesionales que puedan aportar innovación y creatividad a los proyectos.
LowCode es un enfoque que elimina la necesidad de codificación a la hora de crear desarrollos. Gracias a la interfaz visual y lógica, solamente es necesario arrastrar bloques para conseguir llevar a cabo procesos. Las ventajas del LowCode se basan en la velocidad en los tiempos de desarrollo, la sencillez de uso y modificación, la flexibilidad de publicación, la calidad probada y, sobre todo, la reducción de costes.

El NoCode, por su parte, es un paso más allá y permite programar con nulos conocimientos y, aunque no nos demos cuenta, lo utilizamos en nuestro día a día. Reglas en Gmail, envíos de newsletters segmentadas según las audiencias a las que queremos llegar o respuestas automatizadas requerían hace unos años de complejas líneas de código, mientras que ahora podemos disfrutar de ella con tan solo un clic.

“Las nuevas formas de desarrollar no exigen conocimientos formales de codificación para crear aplicaciones, es una forma de popularizar la programación pero también un riesgo para los profesionales que se dedican exclusivamente a ello”, alerta Quintanilla. “Aunque se trata de una evolución natural –la tecnología pretende facilitar nuestra vida-, estos desarrollos deben servir para que programadores y empresas se den cuenta de que no todo está en la escritura de código: hay que aportar valor añadido en forma de experiencia y conocimiento para que cualquier proyecto salga adelante con éxito”.

Según Gartner, hasta el 65 % de las aplicaciones contendrá parte de Low Code en 2024. Y según el No-Code Census, un desarrollo realizado con plataformas de NoCode se muestra hasta 4,6 veces más productivo que los realizados de forma manual. Esta visión acerca el imprescindible ámbito tecnológico a las capas decisoras dentro de las organizaciones. “El hecho de que la programación se automatice puede servir para que algunos CEO sin conocimientos técnicos integren de forma más sencilla la innovación entre sus objetivos de negocio”, finaliza Quintanilla. 

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