Por Rodolfo Lomascolo, cofundador y CEO de Pervasive Technologies
El concepto de “Cuarta Revolución Industrial” lo acuñó en 2016 Klaus Schwab, el fundador del Foro Económico Mundial, en una obra homónima, y está marcada por los avances tecnológicos emergentes como la inteligencia artificial (IA), blockchain, nanotecnología, computación cuántica, biotecnología, internet de las cosas (IoT), impresión 3D, y vehículos autónomos.
Desde frigoríficos y teléfonos, hasta coches, casas y ciudades, utilizan ya internet de las cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial (IA), y ambas tecnologías ya están presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida.
Las cifras son abrumadoras, la consultora IDC espera que los ingresos totales del mercado de la IA a nivel mundial superarán los 400.000 millones de euros en 2023. Y según MacKinsey & Company, más de la mitad de las empresas a nivel mundial adoptaron al menos una función de IA en 2021. En España, la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA) prevé una inversión de cerca de 4.000 millones entre 2021 y 2023. IndesIA, asociación española para la aplicación de la IA en la industria, prevé que la IA tendrá un impacto estimado en el PIB de 16.500 millones en 2025.
Pero la IA no solo está siendo un puntal tecnológico para la industria, el sector retail y el comercio minorista también participan de esta revolución como protagonistas. Tanto para las grandes cadenas de distribución, tiendas y supermercados, la IA ofrece una gran oportunidad para diferenciarse de la competencia, incrementar la productividad, reducir costes y optimizar procesos recurrentes. Según IDC, ya en 2020 el 50% de las cadenas de suministro de mayor madurez estaban utilizando algún tipo de tecnología de IA.
El cambio va mucho más allá de los chatbots y asistentes virtuales, que facilitan el proceso de compra online, o las ofertas personalizadas. Tecnologías como el machine learning, deep learning y edge computing están comenzando a reinventar muchos procesos empresariales en el punto de venta. Y es que detrás de la colocación de los productos en las estanterías de un supermercado o tienda hay toda una estrategia de marketing. Según algunos estudios, el 52% de la percepción del consumidor se dirige a los productos que se sitúan frente a sus ojos, mientras que el 26% a lo que se encuentra al alcance de sus manos. Por eso la compleja y ardua gestión del punto de venta es crítica y algunas aplicaciones de la IA marcan la diferencia.
El análisis, control y organización de los lineales se optimiza gracias al tratamiento inteligente de imágenes y vídeos en tiempo real, que permiten comprobar de forma inmediata y precisa que los lineales cuentan con los productos más adecuados y en la cantidad, posición y precio correctos, de acuerdo a lo fijado en las estrategias de marketing. Esto no solo facilita y acelera el trabajo de los reponedores y de los gestores de punto de venta (GPV): también elimina posibles errores humanos, mejorando la eficacia de la auditoría del lineal e incrementando el ROI de la visita.
La IA también permite mejorar la gestión de stocks, ya que se evita con antelación que se agoten determinados productos con mayor demanda, así como el desperdicio de alimentos perecederos con poca salida.
Otra de las capacidades de la IA más prometedora para el mundo del retail es la de crear experiencias de usuario lo más personalizadas, agradables, eficientes y satisfactorias posibles, gracias al estudio de comportamientos de compra. A partir del análisis de imágenes es posible crear espacios comerciales inteligentes capaces de reconocer a los clientes, registrar su historial de compras y adaptar a ellos la experiencia.
Además, con el tratamiento de imágenes y vídeos en tiempo real mediante inteligencia artificial utilizando las cámaras ya instaladas en el establecimiento o bien cualquier dispositivo móvil, se puede realizar de forma rápida conteo de personas, determinar asistentes frecuentes y configurar listas blancas y negras. Y analizar el flujo o cantidad de personas en espera, e incluso la presencia en áreas prohibidas.
Por último, la IA aplicada a imágenes, también ofrece mejoras en la seguridad laboral, ya que permite el control automatizado y en tiempo real del uso de EPIs (equipos de protección personal) en caso necesario, o el control de maquinaría y vehículos en los almacenes.
En conclusión, la IA ofrece al sector del retail un gran valor añadido, optimiza procesos críticos, mejora la experiencia de compra y fideliza a los clientes en un mercado muy competitivo.